martes, 24 de abril de 2012

Despedida

Mi corazón y mi cabeza andan en varios lugares muy ocupados. No puedo dedicarme al blog como me gustaría, últimamente apenas le dedico tiempo, y no me siento llamada a escribir, así que he decidido despedirme. Ha sido bonito poder compartir sobre consumo, cocina, crianza, dificultades y dudas, alegrías... Quizás más adelante, o de otra manera. Muchas gracias a todos los que os habéis acercado a esta sonrisa etrusca, gracias por acompañarme y os seguiré allí donde estéis. Un beso a todos: Noe.

viernes, 30 de marzo de 2012

Un poco de todo...

Después de nuestra maravillosa estancia en la granja extremeña en el puente de San José, estas dos semanas han sido un tanto agobiantes porque en nuestro viaje de vuelta nos acompañaron unos amiguitos indeseables "pulgas" que nos han amargado durante todo este tiempo. Creo que finalmente hemos acabado con ellas. Cada día al levantarnos me agobiaba al ver nuevas picaduras en cada uno de nosotros y vuelta a: pasar la aspiradora, lavar todo en la lavadora, echar productos en la habitación... Esperemos no tener que recordarlo. Ahora entiendo lo de las malas pulgas, por lo malamente que se deshace uno de ellas y por el mal humor que te generan.

El miércoles trajo mi peque su carpeta con todo lo que habían hecho en el cole y me quedé asustada de tanto trabajo tan repetitivo, tan monótono, tan poco abierto... Y encima "evaluado" con caritas, ariñitas y demás. Os recomiendo que os leais una maravillosa entrada en el blog de Violeta Alcocer al respecto, aquí.

Ayer fue un día un tanto triste por la respuesta a la huelga. Aunque hubo muchas personas en la calle, la realidad es que hay un gran número de personas de la clase trabajadora que ni saben cómo les afecta la nueva reforma laboral, y a algunos ni les importa y se sienten agredidos cuando les informas. A mi todo esto me preocupa un montón porque cada vez estamos retrocediendo más en derechos laborales. ¿Qué nos va a quedar? ¿Qué les va a quedar a nuestros hijos?

Llevaba toda la semana ilusionada con hacer unos bollos suecos de canela que había leído por ahí. Pero con tanta pulga no había sacado tiempo. El caso es que hoy los he hecho y aunque su presencia es muy aparente, no son nada del otro mundo. ¡Qué desilusión!
Mi peque grande ha descubierto el maravilloso mundo que tenía en la calle y al que todavía no había tenido acceso. Se pasa el día leyendo carteles en la calle en mayúsculas. Y para acabar con un poco de buen sabor de boca os muestro una especie de libreto de dibujos que preparó el martes para el cumpleaños de su amigo al estilo "Andy Warhol".

martes, 20 de marzo de 2012

¡Ponga una cabra en su vida!

Definitivamente este fin de semana nos hemos enamorado de las cabras. Carmen y Mario, en su granja de Cáceres, nos han ayudado a ello. Nos hemos quedado impresionados de lo mansas que son y de lo que se hacen querer. También es verdad que esta pareja, nos ha transmitido el amor que tienen por los animales, el cariño con el que los que los nombran, los alimentan, los cuidan... Tuvimos el privilegio de ponerle el nombre a una de ellas y entre varias propuestas nos quedamos con: Pincel. Yo he aprendido más en dos días en Berzocana, que en toda mi vida sobre los animales de la granja. Gracias Carmen y Mario por lo bien que nos habéis acogido, por la paciencia que habéis tenido especialmente con la tropa de niños, por vuestras sonrisas y por vuestro estilo de vida. Con él sois referencia para mucha gente.

jueves, 15 de marzo de 2012

Jueves presumido

Estos trabajos autónomos y espontáneos de mi hija de cinco años, en los que uno puede "leer" lo que vive y siente, son los que más disfruto. ¡Muchas gracias, pequeña! Ahora que cada uno juegue a localizarse.

viernes, 9 de marzo de 2012

Mi tribu

Hoy quiero hablar de "MI TRIBU". 

Mi tribu es la pandilla que me levanta una sonrisa simplemente con verles aparecer por el parque.
Mi tribu es la comunidad que me acompaña en esta difícil tarea de ir contracorriente.
Mi tribu es el clan que me pregunta por lo que saben que me preocupa.
Mi tribu es la cuadrilla que necesita contarme lo que piensan, sienten, sus inquietudes...
Mi tribu es el grupo que me dice palabras que me cuestionan, y eso, aunque a veces duela, es fantástico.
Mi tribu es la familia que echo de menos cuando estoy lejos.
Mi tribu es una banda con la que estoy deseando un encuentro en la calle, o por teléfono para poder hablar.
Mi tribu es la pandilla con la que me río mucho y con los que lloro cuando necesito hacerlo.
Mi tribu además es la tribu de mi familia, y eso creo que nos hace a todos tener una mirada muy colectiva.
Mi tribu es como un grupo de hermanos y sobrinos, pero con la ventaja de que no son "impuestos" sino elegidos. 
Mi tribu es el equipo con el que crezco personalmente y en colectivo. 

Si no fuera por mi tribu no sería como soy. Me siento una privilegiada de formar parte de una tribu.

jueves, 8 de marzo de 2012

Como un erizo...

Ayer sentía rabia. Hoy mi rabia de ayer se ha convertido en dolor, en tristeza, en soledad e impotencia. Siento que el que está en frente de mi y tiene la autoridad no sabe manejarla y al final la convierte en autoritarismo. Lo siento en su actitud de inmovilidad y de rigidez. Lo siento en su falta de empatía para con los otros, precisamente los más desvalidos, los que más lo necesitan. Todos "esos" los mete en el mismo saco y no hay signos de preguntarse qué, por qué, cómo, cúando... Sus estrictas normas no dejan que se pregunte. Probablemente sea más fácil generalizar y no tratar de ver qué pueda estar pasando. Lo que parece importar, es que nada, ni nadie pueda "manchar" el proyecto. 

Cuando utiliza palabros y tecnicismos, los más pobres no se atreven a preguntar su significado; 
Cuando recibe a la gente con palabras de reproche y de culpabilidad, los más pobres se refugian tras su silencio; 
Cuando presenta su orden, limpieza, y pulcritud, los más pobres cometen faltas de ortografía;
Cuando muestra la pauta de trabajo con recelo y falta de confianza en los que tiene en frente, los más pobres ni se molestan en participar;
Cuando  se viste con sus normas y sus rigideces, los más pobres reciben el castigo.

¿Qué puedo hacer yo? Por el momento, esta entrada va por ellos, por los más pobres. También sé que tengo que reflexionar y hacerlo acompañada, porque tiendo mucho a polarizar a todo, lo cual también me impide ver otras cosas. Todo esto me está doliendo tanto que hasta quiero sentirme pobre, porque no haciéndolo me siento lejos de ellos.

Siento ser tan ambigua pero no puedo hacerlo de otra manera. Me ha costado muchísimo encontrar palabras para dejar hablar a mi corazón y, eso sí, ahora que lo comparto, me siento un poco más acompañada.

martes, 6 de marzo de 2012

Juegos con cartas, caseras, sobre la prehistoria



Este es nuestro último entretenimiento de las últimas semanas. Se tratan de unas cartas que hemos hecho, con cartulinas, rotuladores y plastificadora, en las que aparecen imágenes y vocabulario de la prehistoria (animales, útiles, oficios...). Como se trata de parejas de cartas, con ellas jugamos al memo o bien jugamos al "comeniños". Motivamos la lectoescritura, la observación, el vocabulario sobre el tema... Y ¡nos lo pasamos genial!


domingo, 4 de marzo de 2012

Seguimos con las mates

Me acabo de enterar aquí de que el día 1 de marzo se celebra el Día Mundial de las Matemáticas, y ahora que he empezado a enamorarme de ellas, me hace ilusión que haya un día en el que se las recuerde (con cariño, claro está).
El jueves a partir de esta entrada de Malena me decidí a desarrollar la actividad con mi hija de 5 años. Os quiero contar todo lo que aprendí yo con y de mi hija desarrollándolo. En primer lugar, B. quería sacar del "juego" al número 0, porque "no servía para nada" (no había que meter ningún abalorio). Eso me recordaba a lo que nos contaban en el en el curso de mates de la importancia de mostrar el concepto de 0 a los niños ya desde pequeños.

Al día siguiente se me ocurrió utilizar el tendedero para aprovechar la actividad del día anterior (por cierto, que no me hizo falta construirme el tendedero porque tenía uno de juguete por casa que no habíamos utilizado nunca). Así que le pedí a B. que ordenara los limpiapipas y ella titubeó y empezó a colgar el ocho y luego el uno... Me dijo que no sabía qué era ordenar. Le expliqué de otra manera lo que tenía que hacer y se puso a realizarlo y nuevamente no sabía qué hacer con el 0 pero ella sola lo acabó descubriendo.

Después hicimos otro trabajo de "investigación" en el que ella cerraba los ojos y yo le quitaba un limpiapipas y ella tenía que averiguar cuál faltaba. Como al retirarle uno le colocaba todos juntos, de nuevo, ella lo primero que dijo es que no faltaba ninguno, y lo segundo que hizo fue fijarse en la grafía del número para descubrirlo. Así, como la grafía del número no es lo más importante, se me ocurrió darle la vuelta a los limpiapipas de manera que no ser vieran las grafías numéricas y que volviera a repetirlo así, y entonces fue un poco más difícil.

Bueno, con todo esto que os comparto lo que yo he aprendido es: que no se puede dar nada por supuesto porque hay conceptos e ideas matemáticas que los niños no los tienen asimilados por muy interiorizados que los adultos los tengamos. También he aprendido que este tipo de actividades manipulativas, de corta duración y que además no suponen mucho esfuerzo por parte del adulto a los niños les gustan, les ayudan a pensar, a autocorregirse y les ponen en contacto con las matemáticas de una manera muy visual.

martes, 28 de febrero de 2012

Me gustaría guardar momentos...

Hoy E, mi hija pequeña, sacaba todos sus cacharros de un carro y los iba poniendo encima de un banco del parque. Estaba tranquila, centrada en su historia, jugando... Yo disfrutaba contemplándola. 

Mientras me calentaba al solecito y la observaba pensaba en lo diferentes que son mis dos hijas, y en lo diferente que me sitúo con cada una de ellas. Siento que B, la mayor, ha dado un cambio muy grande en estos últimos meses ha crecido, y no sólo físicamente, además ha madurado: lo veo sobre todo cuando me expresa sus preocupaciones en torno a mi regreso al mundo laboral. Siento que E, me reta cada día en esto de ser aprendiz de mamá y es que, por un lado me llena el corazón de amor, y por otro lado, me hace perder los nervios. 

Me gustaría guardar momentos (como el del parque que comentaba al inicio) en una caja y desempolvarlos de vez en cuando, porque siento que se me escapan y no los recuperaré. Están las fotos, está el blog, está el cuaderno donde escribo algunas cosas sobre ellas, están los amigos a quienes les cuentas pero... Los momentos mágicos, con las sensaciones y sentimientos que me producen, son frágiles, finitos, frugales y se me escapan. Me queda la alegría de pensar que haremos camino al andar y por ello habrá miles y miles de momentos que sólo estarán esperando a que sepa saborearlos, sentirlos, disfrutarlos...

miércoles, 22 de febrero de 2012

Cada niña en su cama

No, no os asustéis que no vamos a dejar de "colechar" en esta casa. Todos estamos muy felices haciéndolo. En realidad continúo al hilo del curso de mates, donde nos enseñaron un montón de materiales para hacer en casa. Uno de ellos se trataba de una carretera con aparcamientos a los lados en diferentes colores para emparejar por colores aparcamiento y coche. Me gustó la idea, pero además de que en casa tenemos pocos coches la idea sabía que no iba a entusiasmarle a mis peques. Así que pensé en hacer unas casitas para poner muñequitos, lo cual cuadraba más con los intereses de mis hijas. Tampoco tenía demasiados muñequitos en casa y por otra parte, María me dio una buena y sencilla idea: hacer camitas. Así que ayer me puse manos a la obra con papel, pinturas y plastificadora y en la imagen se ve el resultado: cada niña en su camita. Mi hija de cinco años ha dicho ¡qué fácil! (está claro que necesita mayores retos) y a mi hija pequeña que tiene dos años y cuatro meses se le ha quedado un poco grande. Pero no importa, lo guardo para ella para dentro de unos meses.

martes, 21 de febrero de 2012

Quitarse lastres de encima

El sábado nos contaban en un curso de matemáticas que la gente que hacía el curso podía ser de tres tipos: los que han tenido siempre problemas con las mates, los que son unos apasionados y los neutros (estos últimos parece ser que son los menos). Yo pertenezco a los de la primera categoría y siempre lo he llevado como una espinita. Era aquello de: "es que a mi se me dan fatal las mates"; "es que yo no sirvo...". En fin, recuerdo perfectamente lloreras delante de las páginas de los problemas de los cuadernillos Rubio, porque ya sólo con empezar a leer el enunciado, decía que no era capaz de hacerlos. ¡Qué inseguridad, qué miedo y qué bloqueo! Me imagino que esto le seguirá pasando a algunos niños de hoy día... Pero hay medios para evitarlo y sólo que hay que acercarse a ellos.

He aprendido muchísimas cosas en seis horas de curso pero lo más significativo para mi ha sido:
- Valorar el error como el camino hacia el aprendizaje.
- Posibilitar la autocorrección, como método de investigación y como vía para facilitar la seguridad y la confianza en uno mismo.
- Considerar el proceso de maduración de cada uno y evitar adentrarse en terrenos para los que no se está preparado (no forzar los aprendizajes).
- Plantear los problemas conectados con la vida y como un escaparate donde encontrar diferentes resultados posibles.

Cuando mi peque mayor era chiquitina, y teniendo en cuenta mi pavor hacia las mates, me puse como una loca a investigar y eso me llevó al material manipulativo: Montessori, las regletas... Me puse "como una loca" a comprar algunos materiales que después no he sabido muy bien qué hacer con ellos, cómo usarlos... El curso me ha venido fenomenal para caer en la cuenta de errores, para ser paciente y para ponernos en marcha con algunas cosas que sí que podían ser interesantes. B. ha disfrutado, durante esta tarde, de un par de estupendos momentos con el tangram (en la imagen superior).

miércoles, 15 de febrero de 2012

Segunda parte: "Próxima parada..."

Una vez al mes, la tarde de un domingo, cuatro parejas con niños nos juntamos en el barrio de Canillejas. Los niños juegan con algunos de los padres y el resto nos reunimos en una sala, con pequeños que se acercan de vez en cuando a tomar teta, o a recibir las caricias de mamá porque se ha caído y se ha hecho daño. Compartimos momentos vitales parecidos, todos con niños pequeños, y compartimos una misma vivencia del mundo del trabajo y un camino de fe militante. 

Yo he de confesar en primer término, que a priori, siempre me da una pereza terrible movernos (vamos todos en familia) hasta allí. Pero, después, salgo a las ocho de la tarde con las pilas cargadas para continuar, al menos, la semana siguiente. Revisamos nuestra vida (que es la vida con los demás: en el barrio, en el trabajo, en el sindicato, en la asociación de vecinos, en el AMPA... con Juan, con Marisa, con Chema...) y escuchamos los testimonios obreros y cristianos que nos lanzan a compromisos concretos con la gente con la que estamos. 

Tengo mis alti-bajos y a veces no valoro la maravilla de tener este grupo de amigos, de militantes que son los que me empujan de nuevo hacia la vida para participar en la construcción de otro mundo más justo: otra educación, otro mundo laboral, otra forma de relaciones humanas...

Una vez al año solemos hacer una parada de fin de semana, todos en familia, y a una de esas paradas pertenece la imagen superior (visitando un castillo de un pequeño pueblo salmantino llamado Ledesma).

lunes, 13 de febrero de 2012

Primera parte: "Próxima parada..."

Hay algunos que creen que estando de excedencia trabajo más que cuando trabajaba. Hay otros que opinan que a mi no se me cae la casa encima... Mis días, unos más que otros, son bastante moviditos, pero escuchando mi silencio me doy cuenta de que en ese ajetreo descubro algunas paradas casi diarias.

Hoy vengo a contaros una parada que hago casi cada mañana. Ahí está: el encuentro telefónico con mis padres. No suele ser una parada larga, porque, en primer lugar, no hay grandes cosas que decirse hablando casi a diario, y en segundo lugar, porque siento como que mi madre quiere acabar pronto de hablar, pero no porque no le apetezca, sino porque creo que piensa que me está quitando el tiempo, o que molesta o algo así... Les pregunto qué están haciendo, y en general no hay grandes cambios: la compra, la comida, el paseo matinal, el ordenador... Yo les cuento lo que estoy haciendo de comida y me preguntan, lógicamente por las peques... Aunque me cuesta, a veces, les digo cómo veo algunas cosas o cómo me siento con otras. Mi padre entonces me da su opinión, y mi madre siempre se la reserva. 

En cualquier caso, me encanta esta parada diaria. Hay como un antes y un despues de la parada: siento que me llena de alegría, que me devuelve a mis raíces y que me impulsa de nuevo hacia el ajetreo. Como en toda parada, me proporciona el habituallamiento para continuar.

sábado, 11 de febrero de 2012

No está bien que las niñas silben...

Mi hija mayor lleva unos meses tratando de silbar. ¡Al fin lo ha conseguido! Le conté que yo nunca había sido capaz de silbar, porque yo no silbo echando el aire hacia fuera sino que el aire al entrar suena. En fin, que ella está toda emocionada porque sí que es capaz de hacerlo y se pone la mano delante de la boca (supongo que para comprobar que el aire está saliendo). 

Pues resulta, que el otro día me llega y me dice que alguien (no viene al caso quién) le ha dicho que no está bien que las niñas silben. "¡Toma ya! ¡Vaya manera de destrozar en un segundo todo un trabajo de meses, con un simple comentario!" pienso yo. Total, que le pregunté que si a ella le parecía que hacía daño a alguien silbando. Y le comenté que lo que le habían dicho era una creencia. En fin, que yo pensé que ella se quedaba convencida de que si quería silbar podía hacerlo aunque fuera una chica. Pero, vengo observando que ya no lo hace, y eso sí que me preocupa.

¡Qué difícil es esto de la educación! Te parece que estás trabajando una serie de aspectos en la línea que has ido proyectando, creyendo... pero de repente llega el de al lado y pone piedras en el camino. O incluso uno mismo, creyendo tener las ideas claritas, en el día a día se descubre haciendo aquello que juró que nunca iba a llevar a cabo. Mientras tanto, trataré de que silbemos juntas y también intentaré pedir perdón a mis hijas cuando me descubra cayendo...

miércoles, 8 de febrero de 2012

Juego de la oca personalizado

Con el juego del cromañón (una versión del juego de la oca con elementos de la prehistoria) que he hecho en casa con una plantilla de la oca sacada de internet y personalizada, podemos:
  1. Trabajar lectoescritura
  2. Trabajar matemáticas
  3. Trabajar vocabulario de la prehistoria: de cromañón a cromañón y tiro porque soy un cazador; de cromañona a cromañona y tiro porque soy una recolectora).
  4. Trabajar las normas en los juegos
  5. ... Y sobre todo ¡divertirnos!

miércoles, 1 de febrero de 2012

Aquellas mañanas...

¡Madre mía! ¡Casi un mes sin escribir en el blog! Es que la vida me puede y además cuánto más ha ido pasando el tiempo más difícil me ha ido resultando volver a sentarme a "escuchar mi silencio"...

Parece que tengo necesidad de regresar, una y otra vez, a mi infancia, de recordarla y contemplarla con nostalgia. Supongo que tendrá mucho que ver el que mi peque mayor me pide, unas cuantas veces, que le cuente historias de mi infancia. No hace mucho le contaba cómo cada mañana, antes de ir al cole, me quedaba con mi madre en su habitación escuchando la radio, mientras ella estaba sentada, sobre su cama, cosiendo o tejiendo. Mi madre y yo escuchábamos el serial radiofónico La Saga de los Porretas y nos encantaba. Según le iba narrando la historia a mi hija, iba recordando las agradables sensaciones que me producían aquellos momentos (las risas de mi madre, la luz que inundaba toda la habitación...). Me sentía muy acompañada. Incluso recuerdo, que hubo un momento en el que me cambiaron el horario de entrada al colegio y ya no podía escuchar el serial, y le pedía a mi madre que me lo contara, pero ya no era lo mismo. Cada mañana, los Porretas, en la habitación de mis padres y junto a mi madre, me daban calor para comenzar el día. Hoy he escuchado el capítulo 100 del serial aquí, y he podido recordar las voces de sus personajes, especialmente la del actor que doblaba al carismático abuelo Segismundo (Manuel Lorenzo).

Desde la nostalgia del recuerdo he de confesar que echo un poco de menos aquellas mañanas.

sábado, 7 de enero de 2012

Encuentro de amor con mis hijas

Hace como un mes, en el trueque al que voy ocasionalmente, me encontré el libro de Fray Perico y su borrico de Juan Muñoz Martín. Está siendo la lectura, por capítulos, de estas navidades y está siendo una auténtica delicia. Me encanta ver la cara de emoción de mi hija mayor de casi 5 años, y también sus risas. 

Para acompañar la lectura decidí imprimir a los personajes del libro que están disponibles en esta página web y además decidí que familia y amigos formáramos parte de este convento salmantino. Así, íbamos cogiendo a cada familiar o amigo e intentando convertirlos en frailes o monjas con rimas (fray Manuel el del cartel o sor Cristina la de la piscina...). B. también se convirtió en monja (lo podéis ver en la imagen).

Para mi, leer en voz alta para mis hijas es un encuentro de amor con ellas, conmigo misma y con las palabras, con los sentimientos, con las emociones... Y además es un juego artístico-poético de hacer rimas, construir personajes, anticipar lo que puede pasar, dibujar...