Después de nuestra maravillosa estancia en la granja extremeña en el puente de San José, estas dos semanas han sido un tanto agobiantes porque en nuestro viaje de vuelta nos acompañaron unos amiguitos indeseables "pulgas" que nos han amargado durante todo este tiempo. Creo que finalmente hemos acabado con ellas. Cada día al levantarnos me agobiaba al ver nuevas picaduras en cada uno de nosotros y vuelta a: pasar la aspiradora, lavar todo en la lavadora, echar productos en la habitación... Esperemos no tener que recordarlo. Ahora entiendo lo de las malas pulgas, por lo malamente que se deshace uno de ellas y por el mal humor que te generan.
El miércoles trajo mi peque su carpeta con todo lo que habían hecho en el cole y me quedé asustada de tanto trabajo tan repetitivo, tan monótono, tan poco abierto... Y encima "evaluado" con caritas, ariñitas y demás. Os recomiendo que os leais una maravillosa entrada en el blog de Violeta Alcocer al respecto, aquí.
Ayer fue un día un tanto triste por la respuesta a la huelga. Aunque hubo muchas personas en la calle, la realidad es que hay un gran número de personas de la clase trabajadora que ni saben cómo les afecta la nueva reforma laboral, y a algunos ni les importa y se sienten agredidos cuando les informas. A mi todo esto me preocupa un montón porque cada vez estamos retrocediendo más en derechos laborales. ¿Qué nos va a quedar? ¿Qué les va a quedar a nuestros hijos?
Ayer fue un día un tanto triste por la respuesta a la huelga. Aunque hubo muchas personas en la calle, la realidad es que hay un gran número de personas de la clase trabajadora que ni saben cómo les afecta la nueva reforma laboral, y a algunos ni les importa y se sienten agredidos cuando les informas. A mi todo esto me preocupa un montón porque cada vez estamos retrocediendo más en derechos laborales. ¿Qué nos va a quedar? ¿Qué les va a quedar a nuestros hijos?
Llevaba toda la semana ilusionada con hacer unos bollos suecos de canela que había leído por ahí. Pero con tanta pulga no había sacado tiempo. El caso es que hoy los he hecho y aunque su presencia es muy aparente, no son nada del otro mundo. ¡Qué desilusión!
Mi peque grande ha descubierto el maravilloso mundo que tenía en la calle y al que todavía no había tenido acceso. Se pasa el día leyendo carteles en la calle en mayúsculas. Y para acabar con un poco de buen sabor de boca os muestro una especie de libreto de dibujos que preparó el martes para el cumpleaños de su amigo al estilo "Andy Warhol".
El cartel precioso, las pulgas fuera, la huelga somos los que fuimos y poco a poco... y los bollitos suecos doy fé que estaban riquísimos...¿Que más se puede pedir???un beso enorme!!
ResponderEliminarYo hice unos bollos de canela hace un par de meses y me desilusionaron tremendamente. No sé si fue la receta o que yo los había idealizado o sencillamente que me salieron mal, pero estaban incomestibles y no sabían especialmente bien. Debe ser que no los hice bien.
ResponderEliminarSe te lee un poco depre. Son temporadas, ¿no? Laura te debe animar bastante, por cómo se expresa en su comentario.
1beso a las dos, y a los niños y niñas.
Si es que la vida se compone de eso...decepciones grandes y pequeñas y para nosotras la compensación de esos carteles y medias sonrisas...
ResponderEliminarAyer pensaba en tí y en eso cuando recogiendo una casa que parecía un campo de batalla me topaba de vez en cuando con sus dibujos a medio terminar, sus colecciones de cromos y sus cuentos escritos a lápiz...pensando también en esa huelga en la que fuimos menos de los que quisiéramos pero los suficientes como para sentirnos acompañadas...
Y no te cuento en que terminó un intento de tarta de manzana en el que equivoqué las medidas poniendo el triple de la cantidad (la thermomix casi explota) para no deprimirte más.
Un abrazo fuerte.
Hola Laura, María y Carmen. Estoy aquí aunque parezca mentira. En Semana Santa he estado fuera y cuando he regresado nos hemos encontrado con una avería en el teléfono y hasta hoy no se ha podido solucionar y tener acceso a internet. Estoy un poco irritable y cansada y eso me hace ver las cosas de otra manera y también estoy un poco asustada por cambios que se nos vienen encima. Todo eso me hace tener mezcla de sentimientos. Pero afortunadamente los compañeros de viaje, sobre todo, las mujeres que me acompañáis, me hacéis sentirme muy acompañada. Un beso muy fuerte a las tres.
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