Ha pasado el verano, y llega el otoño, y aparecen las planificaciones, las ganas de cambios, y con ellos por supuesto, la necesidad de tener más orden, de tener todo más a mano, de simplificar. Desde que he vuelto del verano, parece que vivo en un estado permanente de organización. Espero que pase pronto. Me empiezo a cansar.