Estoy muy contenta con la bandolera. Con B. utilicé un fúlar, pero sobre todo cuando salía a la calle. La bandolera me facilita mucho las cosas en casa y por supuesto, la pequeñita está encantada (calorcito, sueño, postura fetal...). A veces, me parece entender en las miradas y en las cosas que dice B. que a ella también la gustaría ir en la bandolera. Intento cogerla siempre que puedo, pero seguro que para ella no es bastante. ¡Qué pena!