Calendario de adviento 2011

Como siempre, nos ha pillado el toro. En esta casa el calendario de adviento se ha convertido en una tradición y mi hija mayor es la que llegando la fecha me lo pide. Este año para simplificar y por rapidez he cogido 24 calcetines desparejados y viejos y los he colgado de una percha y los he unido con imperdibles.

En cada uno de los calcetines voy a meter un mensaje del estilo de: cantamos villancicos de navidad, hacemos decoración navideña, hacemos un dulce navideño, vamos a ver un belén grande... Además incluiré unas actividades que me han gustado que he sacado de la página web de Ed Emberley que las podéis encontrar aquí, y además cada año meto una figurita del belén para irlo montando. Este año vi en una tienda un belén de figuritas magnéticas, que era muy caro y pensé que lo podía hacer yo así que este año colocaremos nuestro belén en el frigorífico. Bueno, ya os lo mostraré. ¡A disfrutar del adviento!

Literatura infantil ¿cuál?

¿Qué es lo que hace que un cuento funcione en casa, es decir, que sea pedido por un niño una y otra vez? Pues, yo no soy experta en el tema, aunque sí que llevo unos cuantos años con mis hijas y tengo algunas observaciones al respecto. Alguna vez me puedo sorprender con sus gustos y deseos, pero en general sí que vengo observando que hay algunos criterios que hacen que el cuento tenga más interés:

. En primer lugar si el cuento recoge alguno de sus intereses (por ejemplo, mi hija mayor está pirrada por los nacimientos, el embarazo... y también por el mundo de Egipto y mi hija pequeña por los gatitos, los bebés).

. Que sean historias del sinsentido, del mundo del revés... Que sean historias divertidas e inteligentes. La bella Griselda  (en la imagen) ha cumplido muy bien este criterio y ha encantado.

. También que el texto tenga musicalidad, que haya rimas, que incluso se pueda cantar.

. Que el libro sea interactivo, se pueda jugar con él, moviéndolo, levantando pestañas, tirando de aquí o de allá...

Probablemente haya más, pero ahora se me ocurren estos. Lo que sí que tengo claro es que a mi no me parece que todo valga, de manera que intento ofrecer a mis hijas, y también a otros niños, lo que considero que además de ser divertido es inteligente -sin que signifique que a veces no hayamos tenido en nuestras manos algunas materiales insulsos, por llamarlos de alguna manera-.

Miedos infantiles

Mi hija mayor de casi cinco años, hasta ahora nunca me había expresado que tuviera miedo a nada. Pero lleva una temporada que sí: se ha despertado alguna noche con pesadillas, quiere que la acompañe al baño... Esta mañana me ha dicho claramente que tenía miedo de la muñeca de porcelana que está en la habitación, porque sentía miedo de que pudiera abrir los ojos. En cuanto me lo ha contado he ido a cambiar la muñeca de porcelana al salón y sobre todo le he dicho que me alegraba un montón de que me explicara de qué sentía miedo y así podíamos buscar soluciones. 

Cuando yo era pequeña estuve durmiendo con mi hermana, pero no en la misma habitación, sino en la misma cama, hasta los 13 años. Me moría de miedo y nunca me sentí comprendida por nadie. ¡Ojalá sea capaz de acompañar y entender a mis hijas en sus miedos!

El efecto de las ondas centrífugas

El otro día mis hijas y mis sobrinos estuvieron tirando piedras al río Manzanares. Me gustaba observar el efecto que hacían las ondas en el agua. Era atrayente. A mi nunca se me dio bien la física. De hecho fue la única asignatura que en alguna evaluación suspendí. La verdad es que entendía poco de lo que en clase exponía el profesor. Esta semana me he encontrado con el efecto de las ondas centrífugas en la vida cotidiana. Sí, ¡La física aplicada a la vida! Un grupo de personas empezamos un proyecto con ciertos miedos, con mucha prudencia. La respuesta inicial de los que tenían que dar el visto bueno fue estupenda, pero es que además según ha ido pasando el tiempo se ha ido propagando el entusiasmo inicial. Lo que un día no nos atrevíamos a proponer por prudencia, hoy por hoy, ellos lo han planteado. Es el efecto de las ondas centrífugas y ¡Me encanta!

Web de experimentos

Ayer de un sitio a otro llegué hasta esta web  y hoy os la quería recomendar: curiosikid. Se trata de una web con más de 400 experimentos que se pueden realizar en casa con objetos cotidianos o en la propia página online. Hay ocho áreas de interés, cada una con información y diferentes propuestas para ayudarles a comprender mejor lo que se plantea: descubriendo el agua, lo invisible, vivir de mil maneras, los secretos del aire, planeta tierra, el mundo de los extremos, máquinas para explorar el mundo y lo infinitamente pequeño.  Viene un pdf con cada experimento, en el que además de plantearte la actividad, te dan algunas explicaciones. Son muy interesantes. ¡Feliz experimentación!

Respuestas mágicas

Ayer en la biblioteca me entontré este libro y nos lo llevamos prestado a casa. Siempre que veo algún cuento relacionado con la maternidad, el embarazo, los nacimientos... lo cojo porque es un tema que a B. , mi hija mayor, le apasiona. El cuento, nos ha sacado la sonrisa por las respuestas imaginarias que le dan a Juanito diferentes personajes sobre el porqué del ombligo: son originales, son divertidas, son mágicas y dan lugar al juego. Y además está la respuesta científica, que también tiene mucho de divertida, de impresionante, de fantástica, de milagrosa... Porque yo trato de ponerme en la cabeza de mi hija de casi cinco años, tratando de imaginarme a un feto respirando y comiendo a través del cordón umbilical y lo que ahí veo es pura fantasía...

Chifulen cumple dos años

La pequeña E. acaba de cumplir dos años. Es un misterioso gigante para mi. La maternidad con ella se me pone a prueba día tras día. Me da mucha rabia cuando la gente en la calle me dice: ¡Con los pelos que tiene muy buena no debe ser...! Nunca he entendido qué conexión pueda haber entre el tipo de pelo y el carácter; que alguien me lo explique. Lo cierto es que es una peque movidita, que me hace perder la tranquilidad y la confianza, que me hace perder la paciencia y me lleva hasta el grito, que me hace buscar y rebuscar mil y una estrategias para convencerla... Pero... ¡La quiero tanto!... Me deshago con su sonrisa; me fascinan sus preguntas; me encanta su sociabilidad; me ilusiono con sus intereses; me derrito con sus cancioncillas; babeo con su pasión por su hermana; alucino con sus capacidades "circenses"... Ahí estás pequeña E. ayudándome a conocerme más y a amar más. Gracias "Chifulen".