Mirando atrás, reconozco que el momento de mi vida en el que he estado más abierta al conocimiento es desde que soy madre de mis dos pequeñas. Ellas estimulan mi curiosidad, alimentan mis intereses, fomentan mis reflexiones, motivan nuevos aprendizajes... Mis hijas me ayudan a abrirme al mundo, a las personas, a la vida y a la historia. Además contribuyen a detectar mis sombras (de las que tanto habla Laura Gutman), a cargar con esas sombras y a tratar de aceptarlas, es decir, a conocerme más. En definitiva, creo que hay pocas cosas que me hayan hecho crecer como lo ha hecho y lo hace la maternidad. Gracias por todo chicas.
Preciosa entrada...y el complemento perfecto para la última que escribiste. Yo siento lo mismo respecto a mis grumetes. Besos!!
ResponderEliminarGracias Carmen, y es que detrás de los enfados y el mal humor aparecen siempre la sonrisa de mi pequeñilla que me vuelve loca o las preguntas de mi grandullona que me dejan boquiabierta. ¡Cómo no dar gracias por ellas! ¿Verdad? Un besazo.
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