Cuando yo era pequeña me encantaba coleccionar cosas que fueran pequeñitas: jaboncitos, frasquitos de colonia, libretitas... Lo tenía todo guardado en una caja de cartón debajo de mi cama. Disfrutaba sacándola, de vez en cuando, y volviendo a mirar cada cosita y colocándolo todo de nuevo. No sé qué fue de aquella caja y su contenido. Me encantaría volver a tenerla. Ahora mi hija B. guarda todos sus tesoros (propaganda de la calle, palitos, una nuez que alguien le dio, un estuche de cuando yo era pequeña, unos imanes que hizo en un taller en una granja... ) y lo hace en el cajón rosa (¡no podría ser de otro modo, es uno de sus colores favoritos!). Muchas veces estoy tentada de hacerle una limpia pero entonces recuerdo mi caja de debajo de la cama, y lo poco que me hubiera gustado saber que me la "intervenían".
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