martes, 8 de febrero de 2011

Un bozal para tu cordero y una armadura para tu flor

Llevaba unos días necesitando leer algo. Miraba en las estanterías y no había nada que me apeteciera: demasiado racional, demasiado fantástico... ¡Uff! Pero al final lo encontré: Me regalaron, en Navidad, esta versión de El Principito de la editorial Salamandra. Es con despegables y es una auténtica maravilla. Pero aparte de lo visual, he recuperado de mi memoria este texto que leí en mi adolescencia. Y la verdad, es que, ahora que soy mamá de dos niñas estoy disfrutando del libro de otra manera. Veo en el principito a mis hijas diciéndome que soy "de las grandes", "de las serias", y que quieren saber por qué las flores tienen espinas aunque yo no me lo pregunte y aunque yo tenga prisa por hacer cualquier cosa, que para ellas es insignificante. Para mi este libro está siendo un auténtico baño de reflexión personal y espero que me ayude a ir cambiando actitudes, a estar más cercana a la psicología infantil.

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