Este ha sido un caprichito que me he dado este verano. Se trata de una carpeta de piel donde llevar un pequeño cuaderno. Me enamoré de ella en cuanto la vi. Se la compré a una artesana muy amable, que tiene una tienda en Ledesma, un pequeño pueblo salmantino, con cosas muy chulas. Mientras mirábamos lo que vendía le propuso a B. hacer algo con restos de piel, y allí estuvo trabajando, y haciendo un colgante que después le regaló. Me gusta reconocer el trabajo artesano.
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